No sé por que razón siempre tengo que estar sintiendo la congestión de los músculos. Sí, ya sé, es lo mismo decir que me duela todo el cuerpo tras una ejercitación fuerte.
La semana pasada hubo mucho por hacer extra recreación, por lo que hubo que posponer el gimnasio en pos de otras cuestiones más urgentes.
Llegó el sábado a la tarde, y cuan vicio, mi cuerpo necesitaba ejercitación y maldije no haber ido a entrenar durante los días previos.
Pero he aquí una sorpresa.
El sábado a la nochecita estaba por ahí y, justo, pintó salir con un amigo. Todo muy tranquilo, a tomar algo...
El resultado de la noche fue bailar tanto, ¡pero tanto!, que el domingo me levanté con todo mi ser sintiendo ese esfuerzo físico donde había empleado todos mis benditos músculos en pos del meneo.
Y sin querer, el ejercicio vino como si nada. Yo, ¡Chocho!
lunes, 6 de octubre de 2008
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