domingo, 27 de julio de 2008

... EL INVIERNO ME CANSÓ"

Ya sé que no hace un frío de la hostía, que tampoco es que llueve muy seguido y, mucho menos, nos sorpendió la nieve como el año pasado. Pero esta es la estación más molesta... por lo menos, así lo veo yo (Guillermo Nimo, dixit).

¿Se dieron cuenta que el sol está, como máximo, cuatro horas al día??? Es una locura. Entre que sale tarde, se nubla y se pone re temprano, el calorcito no llega a cargar nuestras baterías. Y ese es el mayor pesar.

Dejando claro que uno no es amante de la naturaleza, los picnic, el parque, los campamentos, la pesca, etc; no debemos dudar que el majestuoso febo nos inyecta una buena carga de energía. ¿Y cuando se ausenta más? ¡En Invierno!!!

A eso hay que sumarle lo abrigado que hay que salir, sobre todo si se es friolento como el que suscribe. Si no exageramos nos ponemos: medias gruesas, boxer, pantalón abrigado, remera manga larga, buzo o sweater, campera, guantes y, porque no, gorro de lana. ¿No será mucho? (Viviana Canosa, dixit). Que se yo. No sé si es mucho, lo que sí es: ¡Mo - les - to!!!

Seguramente muchos de ustedes aman esta despiadada estación. No entiendo cual es el encanto. Si, además, nos obliga a tener Carilinas en los bolsillos, las mochilas y todos esos lugares donde vamos a estar, para que esa 'agüita' que se escapa de nuestros orificios nasales (que fino) sea atrapada antes de caer al vacio y manchar cualquier cosa. ¿O, no?

Podría seguir enumerando argumentos en contra... pero no quiero cansar. Si alguien tiene alguno a favor, los escucho... ¡Bah!!! Los leo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo que yo opino, Caballero, es que el invierno es una manifestación extremista del clima, tanto así como lo es el verano: no hay necesidad de ninguno de ellos. Ambas son estaciones exageradas venidas de un capricho de la naturaleza, que se las podría haber arreglado para hacernos pasar de un plácido otoño a una romántica primavera, en vez de jodernos con la escarcha y la transpiración, o las quemaduras solares y las extremidades congeladas.
Por lo tanto, si yo tuviera contacto con la madre naturaleza, tal como le sucedía a “Los Pitufos” (No sé si lo recuerdan, lectores ochentosos: el padre tiempo y la madre naturaleza que ayudaban a los enanos azules en sus aventuras jaja) Bueno, sí la encontrara, la cagaría a trompadas por vieja de mierda. Jaja

Hernan