No sé cuando pasó, si hubo proceso, alguien me desdobló o tomé alguna pastilla que cambia algunas costumbres.
Una de mis características es la prolijidad. Porque claro, no me basta con ser limpio... también soy ordenado. Confieso que, a veces, he llegado a la exageración.
Ropa, pelo, cuerpo, casa... todo esta expuesto a esta manía de tener que estar en orden, limpio y prolijo. Si no, NO.
Hace más o menos una semana me di cuenta que empecé a dejar sobre la cama o el suelo libros que estaba leyendo. O sea, donde no deberían estar. A eso se le sumó una pila de revistas y otras publicaciones que leo que dejé ahí, sin guardar. ¿Y saben qué? No me molesta.
Miré una peli, y el DVD empezó a formar parte de esa pila... Y sin querer, los almohadónes están en cualquier lado y mi sillón improvisado está todo desprolijo.
Hasta ahora, nada de eso jode.
Parece que 'algo' hace que la obsesión por el orden y la prolijidad hayan quedado a un costado.
Está bueno, divertido. Me río de mi mismo.
Si vuelvo a los extremos les aviso. Me voy a limpiar...
Desprolijo SI, sucio NUNCA.
martes, 18 de noviembre de 2008
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3 comentarios:
Que maravilla... eso se llama crecer... no digo que esté bien o mal, sólo que uno cambia... por suerte.
nada como dejar los libros apilados en el piso. Queda bien y parece que lees mucho. Eso si, fijate que libros. Si son las recetas de maru bottana escondelos abajo de la cama porque quedas como un gil.
Tolstoi, satre, etc todos en el piso, asi la gente los ve y te ve interactuando con ellos y quedas como re culto (??)
lo aprendi en utilisima eso
Yo viví con vos mucho tiempo y leer esto no es joda ni para tomarlo como si nada.
Al mejor estilo "Esperando la carroza" te digo: "¿dónde está mi amigo, dónde está mi amigo?!!!!!!!!!
ajajaja
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