Hay personas con quienes uno se choca en la vida pero que solo comparte poco tiempo.
No obstante, esos pequeños instantes vividos bastan para guaradar a ese ser al lado de nuestros más lindos pensamientos.
Por supuesto, algo así no pasa con todo el mundo. En absoluto.
Hay amigos para siempre a quienes vemos seguido, otros que no tanto. Hay personas a las que amamos como hermanos pero la distancia, circunstancias y demás hacen que el acercamiento físico no sea posible.
Y están las personas como Humberto. Esas, a las que uno recuerda con cariño, no siente su falta y cuando la volvés a ver es como si el tiempo no hubiese pasado.
Después de meses sin encontrarnos, el martes a la noche nos cruzamos nuevamente.
Fue a las dos de la mañana y en un lugar público.
¿Qué hacíamos ambos en el mismo sitio y a la misma hora sin haberlo arreglado previamente?
¿Casualidad? ¡No! No creeo ni en la casualidad ni en la coincidencia.
jueves, 14 de agosto de 2008
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