Uno es de esas personas que prende las hornallas para, mayormente, preparar el café con leche del desayuno o la pava para el mate.
¿Almuerzo o cena? También, pero en ese caso trato que todo sea rápido. El hecho de cocinar ya me predispone de mala manera.
No obstante, esta semana marcha de manera extraordinaria en ese sentido. No sé que onda, pero me la paso comiendo.
Ayer estuve tres horas frente a la compu y fueron muy pocos los momentos en los no estaba masticando una galletita, un sandwich, un alfajor o cualquier cosa que se cruzara por enfrente.
Cuando abandoné la escritura me dije: 'Voy a cocinar algo copado'. Aclaro que a Martiniano Molina solo me parezco en que siempre tengo 'Casancrem' en la heladera...
En fin, mi emoción por la cocina derivó en unos ricos platillos. Uno de los momentos más divertidos fue cuando iba descubriendo utensilios que ni sabía que tenía... ¡Qué básico, por Dios!!!
Todo bien, ese ataque de cocina duró hasta que tuve que arrancar a lavar todo lo que ensucié...
Todo bien, pero seguiré cocinando sencillito, como antes.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario