Siento tener miles de cosas pendientes. Sí, asuntos que necesitan ser tratados pero que no encuentro el momento de hacerlo.
Claro, se trata de cuestiones prácticas, nada profundo: tarea para la carrera, arreglar algo en casa, ver amigos, cumplir en ir a la dentista, hacer trámites, viajar a visitar la familia y puedo seguir...
A la hora de hacer, empiezo por una de esas cosas y sigo. Pero me pasa que vivo sintiéndome presionado por lo otro, o sea, todo lo que me falta por realizar.
Pero cuando me da por ese momento de desesperación me detengo y digo. ¡Stop! ¡¡¡Calmate!!! (Al mejor estilo Daniel Tinayre)
Claro, nunca voy a llegar a ese punto donde no haya nada pendiente.
¡Menos presión! ¡Carajo - Mierda!
martes, 30 de septiembre de 2008
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