Y sí, salvadora como pocas y compañera desde la infancia de (me animo a decirlo) la mayoría de los niños de mi época.
Cuando llegaba la hora, uno corría a ella sabiendo que lo esperaba un momento único, dulce y reconfortante para luego seguir jugando con los chicos del barrio.
Y ahora de grande sigue presente. El calor esta a pleno y ya fue el momento del café o té. Hasta el mate se empieza a tomar menos.
Por eso, la siempre bienvenida Chocolatada es espectacular.
Tomarla a la mañana, la tarde, cuando uno quiera. Puede ser Cindor, recién compradita o Nesquik recién preparado por nuestras propias manos. Yo le agrego dos cucharaditas de azúcar.
Mmmm. Sí, re empalagosa, re rica. Y acompañada con facturitas o vainillas... lo máximo.
jueves, 18 de diciembre de 2008
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