viernes, 12 de diciembre de 2008

BASTA DE MENTIRAS

Estuvo bueno creerlo por más de un año, pero la realidad se hizo presente y llegó el momento de afirmarlo: El Gimnasio no es lo mío.

Durante varios meses salía puteando de casa, y sin ganas, a correr y levantar pesas... ¿Para qué? Que se yo.

Es verdad, te despeja la cabeza, te moviliza, te carga pilas, pero creo que eso no es para todo el mundo.

Nadie puede negar que le puse voluntad. El deporte no me gustó nunca, y menos lo de equipo. Por eso, cuando decidí que debía hacer algo con este cuerpo para que no se fofée (palabra inventada) me dije: El gimnasio es una buena opción.

Ojo que tuvo su parte buena. Conocí gente copadísima, como soy charleta me hice compinche (que palabra antigua) de varios compañeros de ruta, y esas cosas. Pero claro, lo bueno no venía de la mano del deporte, sino de las cuestiones sociales. Ja!

Y una mañana templadita, por estos días, caminaba y pensaba: tengo que hacer algo al respecto. Parado no puedo quedar, y empecé a maquinar... ¿Cuál es el único deporte que me gusta de verdad? Y no me había dado cuenta que desde los 8 años lo practicaba: La natación.

Si bien no lo hice competitivamente, todos los veranos en mi pueblo me la pasaba, a diario, dentro del agua. Es un ámbito donde me muevo excelente.

Aprovechando que se viene el calorcito, nos pondremos al día en las vaccaiones en la playa, dicho balneario, las piletas, y al regresar al asfalto de esta ciudad entraremos en alguna pileta copada bajo techo.

¡Así que: Chau cinta y pesas... Hola gorrita y pileta!!!

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